Hect-Bejarano

El sol la recibe con ternura mientras las flores nacen a su paso, cada ser en el bosque intenta acariciar su piel y las aves anuncian su llegada.  Las frutas acumuladas en el rincón de un árbol llaman su atención para ser afortunados en tocar sus labios y ser mordido hasta llegar al interior de su universo. Es acariciada por la brisa que susurra un canto, comprende que es su amante quien la llama; los girasoles le marcan el camino  dejando estelas de hojas amarillas que luego se convierten en luciérnagas para iluminar el cielo nocturno. Se lo encuentra y con un beso, le tatúa la espalda  haciendo brotar, arboles convertidos en pajaros que vuelan al firmamento.  Su amante la rodea con sus manos mientras su boca navega en su pecho; siente el deseo y las ganas desprendidas, le nacen mariposas y un manantial entre sus piernas alimentando la tierra donde viven.  Así es ella; diosa de la planicie, portadora de vida en su vientre, luz

Oculto entre arbustos; en el cantar de aves el muchacho callado y reflexivo  observa el coro de insectos que danza con las plantas. Es el protector del bosque que curas las heridas y sus pasos se conjugan con el viento rodeando el paraíso. Cada mañana se levanta con la calidez del sol, la entrega de las frutas que se acumulan en un árbol y en pleno silencio susurra una canción a su amante, para despertarla con la sonrisa oculta en los ojos. La espera con ansias, deseo, amor, poner el rostro en su vientre abarcando sus caderas como si abrazara el mundo, para luego percibir su aliento mientras le nacen mariposas en la espalda.  Quiere navegar en la constelación de su pecho, el caudal que sus piernas desprende  y alimentar la tierra donde viven.   Así es él; protector de la planicie, amante de la diosa que pronto despertará.  FOTOGRAFÍA:  Daniel Tenorio   Jennifer Acuña           

La luz del sol anuncia la llegada del invierno se cuela por la rendija de la ventana irrumpiendo su piel, su rostro; dice que es hora de levantarse que los nomos no pierden el tiempo   y los duendes quieren verla antes del largo sueño. Se levanta toda ella, libre, diosa, mujer con la piel erizada haciendo el amor con el  frío, abre las cortinas y su silueta inunda el espacio para entregarse a solas, a su amor propio. Y yo que soy un fantasma de un sueño taciturno me quedo inerte, sin poder alcanzarla arrastrado por el despertar del reloj             y condenado a recordarla en contraluz. FOTOGRAFÍA:   Ludym Madeline Arenas Brooker   lNSTAGRAM

Un día despertaron con sus manos entrelazadas;  intentando detener el tiempo en el alquilado cuarto, donde reposan  sus vidas. Recuerdan en la conversa matutina, la fortuita coincidencia de existir. En honor a las horas y los años que van dibujando sus pasos, acuerdan con un beso  el pacto que conjugaron aquel dia en la playa. FOTOGRAFÍA:  FADWA  Y  CAROLINA  

Así fue.  Antes de irse con su resplandor y la palabra ilustrada, dejo salir aves y mariposas debajo de la blusa. Armó un conjuro en mis ojos para iluminar mi lúgubre cuarto, desafiando a su antojo, mi sombrío carácter. Aun la espero con las ganas vivas y los recuerdos envejecidos.  FOTOGRAFÍA: Anonima  

"Los presagios marcan el camino a la despedida" así lo dejó escrito. Dejó su olor adherido a la cama las colillas de cigarros que delataban  su ansiedad en mi ausencia. Se marchó sin mas, sin mi derecho a replica  al ruego o tal vez, al insulto; vociferar odio, romper la taza donde tomaba café  y quizás, postergar la partida en un raciocinio acuerdo para no matar lo que para ella estaba muerto.  Se fue sin mas; me dejó el silencio y el desconcierto. no se cuanto llevo sentado, viendo su foto con el pedazo de papel  de su escrito cínico y reflexivo. Lo que sé, es el contraste gris que nubla la habitación con el atardecer  mis ganas de odiarla, olvidarla y seguir amándola. FOTOGRAFÍA:  daajhoa arteaga