RECUERDOS MEDITABUNDOS
Así fue.
Antes de irse con su resplandor y la palabra ilustrada,
dejo salir aves y mariposas debajo de la blusa.
Armó un conjuro en mis ojos para iluminar mi lúgubre cuarto,
desafiando a su antojo, mi sombrío carácter.
Aun la espero con las ganas vivas
y los recuerdos envejecidos.
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