LA PROMESA
Un día despertaron con sus manos entrelazadas;
intentando detener el tiempo
en el alquilado cuarto, donde reposan
sus vidas.
Recuerdan en la conversa matutina,
la fortuita coincidencia de existir.
En honor a las horas y los años
que van dibujando sus pasos,
acuerdan con un beso
el pacto que conjugaron aquel dia
en la playa.
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