LA CHICA DEL CUBÍCULO
A media mañana
cuando los autos recorren la ciudad con su canto,
la gente pauta tu tiempo con la prisa
y las oficinas es un coro disonante
de teléfonos y voces;
está ella en su cubículo
calmada y atenta.
Como niño que juega a derrocar su temple
hago bromas sin sentido,
juego con los papeles,
cambio los lapices de su orden armónico,
solo llego atinar una suave voz:
"deja eso"
Sin embargo los niños nunca se rinden
¿por que habría de hacerlo yo?
continué en el desafío
intentado romper su concentración
y solo me gané su calma, su mirada persuasiva
una sonrisa escondida
FOTOGRAFÍA: María Cristina Branger
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